“Los runners son unos millennials estúpidos”, voceó un asesor médico del presidente Fernández, cuestionando elípticamente, la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Luego, aportando a la confusión general, descartó que la salida de los runners genere impacto sanitario.
El ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires amenaza a la administración porteña y descerraja en su mejor estilo, ese que le conoce la sociedad desde hace mucho, un comentario intimidatorio: “Se acabó la solidaridad con la Ciudad de Buenos Aires”, lo hace sin barbijo y con pistola en mano. Mucha escenificación de supuesta autoridad. Poca solidaridad. Menos responsabilidad en los cuidados sanitarios. El Ministro de Seguridad no usa barbijo.
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