A mis queridos amigos de ILAPYC y a todos los amigos de la Paz:
El martes 29 de marzo tuve el placer y el honor de hablar para ILAPYC, invitado por su presidente Patricia Pérez, en el edificio de SEDUCA (Sindicato de Educadores Argentinos). Traté de explicar, en una sesión que duró alrededor de dos horas, porqué, desde mi infancia hasta ahora –tengo 81 años– estuve y sigo estando en contra del militarismo. Es decir, nunca acepté la existencia de las fuerzas armadas, donde se le enseña a sus miembros a matar con balas, minas antipersonales, granadas, bombas, misiles y torpedos; para luego salir a la matanza de gente desconocida, así como a morir. Y sólo porque así lo ordenó el grupo de políticos de turno en cargos de gobierno que les autoriza a tomar este tipo de decisión.
Creo que mientras exista el militarismo, junto con su industria, las chances de vivir en un mundo sin guerras, sin injusticia, sin desempleo, sin pobreza, sin hambre, sin violencia social, sin abuso de nuestros derechos humanos, son NULAS.
El evento de marzo fue filmado y la esencia de lo que dije, reducida a 25 minutos, está en un video que pronto ILAPYC hará público.
Ahora me limitaré a contestar las importantes preguntas realizadas por miembros del público que el tiempo no me permitió contestar en esa ocasión.
Siendo la paz un valor superior, ¿hasta dónde se la puede romper en pos de la defensa de la libertad?
No veo ninguna paz en el tormento emocional, espiritual y psicológico en el cual viven las víctimas sobrevivientes de guerras, tanto civiles como militares. No puedo llamar paz a millones de traumatizados, miles de edificios, cientos de ciudades y economías nacionales destruidas por la guerra.
Millones de niños huérfanos porque sus padres fueron obligados a ir a la guerra, significa que la guerra nos quita libertad.
No es paz, y aún menos libertad o democracia, ser obligado a vivir una guerra que el pueblo no pidió o votó. Las guerras son negociadas en secreto entre políticos en el poder; es lo opuesto a la libertad.
Si la guerra es un negocio vil y hoy es en Rusia y Ucrania, ¿cuál cree usted es el próximo negocio? ¿Dónde? Porque parece que estos negocios se desarrollan siempre en casa de los vecinos y no en los países en los cuales se hacen estos negocios.
A los millones de empleados de la industria militar y las fuerzas armadas hay que pagarles sus sueldos todos los meses, es decir, negocios hay que crear todo el tiempo. Lo más común es generar la 'posibilidad' de una guerra, de ser atacado, la necesidad de estar preparado en caso de ataque o invasión. Así los gobiernos tienen cómo explicar ese gasto obsceno e injustificable, que tanto daño hace a la economía nacional.
Los ejércitos deben entrenarse, lo cual también genera negocio permanente. Los medios se ocupan mucho de la guerra entre Ucrania y Rusia, pero hay actualmente alrededor de 30 conflictos armados en todo el mundo, llegando a 200 si se tiene en cuenta los conflictos que se están 'cocinando' a fuego lento.
¿Por qué no se conoce en los medios toda esta información, por ejemplo, en Ginebra (ONU)? ¿Alguien la restringe? ¿Los medios son cómplices?
Ninguna mafia o grupo criminal se reúne públicamente para discutir sus planes. Por eso tenemos oficinas de gobierno y embajadas. Las negociaciones se hacen en privado. Las conferencias de prensa son para transmitir a los periodistas la información que los negociadores políticos, diplomáticos, comerciales o militares quieren que llegue al público. A menudo esa información no tiene ninguna relación con lo que se discutió en forma privada.
De manera que los periodistas pueden estar transmitiendo de buena fe, o sin conciencia de ello, información falsa. Pero también existen grandes corporaciones mediáticas vinculadas con la industria de la guerra; éstas usan su poder para influenciar los pensamientos del público.
¿Cuál es el rol de la educación inicial anti-armamentista y cómo se puede iniciar una propuesta?
Creo que 'educar' es lo que todos tenemos que hacer, teniendo en cuenta que, en nuestro caso, educar implica primero 'deseducar', es decir, destruir el mito de que las armas son solo para la defensa y que además sirven para 'disuadir'. Si sirvieran para disuadir, no habría ninguna guerra en todo el mundo. Las dos guerras mundiales fueron posibles precisamente porque todos los países que intervinieron estaban armados.
Costa Rica es un buen ejemplo para demostrar que la ausencia de fuerzas armadas produce ausencia de guerras. Es más, produce la 'imposibilidad' de guerra. Ningún país, por más armado que esté, puede atacar a Costa Rica. El país caribeño tiene una historia de guerras civiles y con países vecinos que termina en 1948 con la abolición de sus Fuerzas Armadas.
Hay otros 25 países sin fuerzas armadas, que sirven para dar más ejemplos. Pero las carreras militares, políticas o comerciales de quienes han llegado al poder y han aumentado sus riquezas gracias a haber causado tanta destrucción y tanto sufrimiento humano, también educan.
Hay que educar a través de la verdad. Los niños tienen que saber distinguir entre un hombre que pasó a la historia porque descubrió o inventó un tratamiento para curar o controlar una enfermedad y otro que los gobiernos inmortalizan porque ganaron guerras, es decir, mataron más que otros, por lo general muy bien pagados para practicar el genocidio.
Son muchas las posibilidades de Educación para la Paz.
Una de las preguntas vino acompañada de este pedido: "Después de escucharlo, quisiera que nos diga o nos deje algunas palabras de esperanza"
Mi corazón y mi mente están llenos de esperanza; por eso hago lo que hago, digo lo que digo, muestro lo que muestro. Estoy convencido de que, entre todos, con todas las sociedades unidas, podemos decir a los políticos “¡BASTA!"; basta de mentiras, basta de darnos guerras que nosotros, el pueblo, no pidió; basta de enseñar a nuestros hijos a matar y mandarlos a matar –o a morir– cuando a ustedes se les ocurre.
¡La Paz en el mundo ES POSIBLE!
Alberto Portugheis
Presidente HUFUD
http://www.apion.org.uk/tapsim (Masterclasses)